Perspectiva de Género: ¿Por qué es necesario en las compañías?

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La invitación es a ponernos los lentes violetas, ¿Sabes cómo se ven a través de ellos?

Cuando decidimos analizar una situación determinada, es lo que entendemos por perspectiva, es decir un punto de vista. Por lo tanto, la perspectiva de género es el análisis de la realidad desde el género, teniendo en cuenta la construcción social y cultural sobre este y las relaciones de poder que se han establecido a lo largo del tiempo.

Cuando incorporamos perspectiva de género a nuestro día a día, nos permite mirarnos como mujeres y hombres con múltiples alternativas de roles, oportunidades y opciones de vida, nos recuerda que nuestra naturaleza no está determinada por nuestro género asignado al nacer, que no por identificarnos con los géneros femeninos o masculinos debemos de limitarnos a  opciones de profesiones, colores, u ocupaciones en nuestros hogares o espacios públicos.

Lo primero que debemos de saber, es que la perspectiva de género tiene como objetivo principal comprender más profundamente tanto la vida de las mujeres como la de los hombres y las relaciones que se dan entre ambos. Dentro de sus misiones está cuestionar los estereotipos con que hemos sido educados y así abrir la posibilidad de establecer nuevas formas de socialización y relación entre los seres humanos.

Es necesario integrarlo en las compañías para cuestionar posibles escenarios de discriminación, desigualdad y exclusión de las mujeres y minorías. Como por ejemplo: la brecha de género laboral, la redistribución equitativa de las actividades tanto en las esferas de lo público y privado, justa valoración de los distintos trabajos que realizan mujeres y hombres, especialmente en lo referente a la crianza, cuidado de los enfermos y tareas domésticas, modificación de las estructuras sociales, los mecanismos, las reglas, prácticas y valores que reproducen la desigualdad y el fortalecimiento del poder de gestión y decisión de las mujeres.

La perspectiva de género mejora la vida de las personas, de las sociedades y de los países, enriqueciendo todos los ámbitos productivos, es decir, no se limita solamente a las políticas focalizadas a favor de las mujeres, lo cual muchas veces resulta ser un sesgo que se presenta principalmente por ignorancia del alcance y beneficios que esta mirada puede tener.

Por ejemplo, la incorporación de la perspectiva de género permite entender que una misma decisión o acción, puede tener diferentes efectos en la vida de las personas, por lo tanto integra una mirada más integrativa y empática en la vida de mujeres y hombres e incluso de aquellos no se identifican con un género binario.

El reto más grande es el verdadero interés por la educación consciente sobre este tema y sus implicancias, hacernos cargo desde la esfera que nos encontremos, e incorporarlo en nuestras agendas de manera seria, profesional y con carácter prioritario, porque hay asuntos que no pueden esperar, y debemos de erradicar desde la raíz, en especial los prejuicios y la resistencia que aún existen hacia la incorporación de esta perspectiva, porque una vez que realmente nos atrevamos a ponernos los anteojos violetas, nos permitirá entender los cambios, alcances y posibilidades que trae consigo su implementación, que por cierto se manifestará en la profunda transformación que requiere nuestra sociedad, desde una perspectiva moderna, inclusiva, flexible  y respetuosa, acorde a los tiempos actuales y a las demandas sociales que las personas estamos requiriendo.