Lo que se ha vuelto una sutil tendencia en Europa, para evitar la producción en masa de productos con origen animal

Aimy Giverdon es una francesa de 29 años que es parte de un acotado grupo de personas que han dejado de lado el veganismo para unirse a la caza de animales para consumo propio. Giverdon es trabajadora de un local de comida rápida que en 2019 se unió a un grupo anticaza.

El grupo anticaza AVA tenía el objetivo de conseguir la prohibición de la caza de animales en el país. Bajo el alero de este grupo y por razones que más tarde cuestionaría, se volvió vegana, pero su periodo en el grupo no duró mucho ya que 4 meses después se retiró de este.

Al retirarse del grupo de caza se dio cuenta que se había convertido en vegana más por la manipulación grupal que por una convicción personal. El ex líder del grupo Alexis Barbier los compara con una secta por su nivel de manipulación.

Española tiene su propio rifle de caza

Otro caso similar es el de Raquel Soriano quien pasó de ser una activista medioambiental a una cazadora avezada. Cuando conoció a Javier Vidal, comenzaron una relación en la que no podían siquiera mencionar la caza, práctica que él llevaba a cabo con regularidad.

Pero pasó el tiempo y Raquel terminó por encantarse con la práctica de caza, hasta tal punto que ahora tiene su propio rifle de caza rosado. 

Ambas mujeres no son un ejemplo de activistas con convicciones profundamente arraigadas, más bien ambas seguían ciertas tendencias o su contexto social las empujó a llevar a cabo prácticas con las cuales no tenían compromiso real.