Estudio indica que niños son los que más contagian la Covid-19

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Se acerca el inicio a clases, momento en que será muy necesario para los padres informar a sus hijos sobre las medidas de prevención de Covid-19, como lavado de manos, distancia social y uso de mascarilla.

Esto es especialmente importante, ya que hasta ahora los estudios han demostrado que los niños pueden contagiar igual o incluso más que los adultos la enfermedad.

Este es el caso de un reciente estudio publicado en enero por The Lancet, que arrojó que los niños y adolescentes son quienes más contagian la enfermedad en sus hogares.

La investigación, hecha en Wuhan, analizó 29.578 casos primarios en 27.101 hogares y 57 581 contactos entre diciembre de 2019 y abril de 2020. 

Se descubrió que pese a que los mayores de 60 años tienen más riesgo de infección por SARS-CoV-2 que los otros grupos, el grupo de edad que más infecta a otros es distinto.

Niños en clase con mascarilla
Niños en clase con mascarilla

Según la investigación,  los niños y adolescentes menores de 20 años tienen un 58% más de probabilidad de infectar al resto que los mayores de 60 años.

Además, el estudio indica que los menores de un año tienen el doble de probabilidades de contagiarse que los niños entre 2 y 12 años

Por otra parte, el texto señala que “después del aislamiento masivo de casos, la cuarentena de contactos domésticos, y de que se implementaran políticas de restricción de movimiento, el número de reproducción del virus en el hogar disminuyó en un 52% entre los casos primarios”.

Difícil de detectar

El estudio también señaló que los sintomáticos contagiaban más que los asintomáticos. Y aunque en muchas ocasiones se ha dicho que los niños presentan síntomas más leves, esto no quiere decir que sean asintomáticos.

Según indica ABC, un estudio de Corea del Sur señaló que los niños sí suelen tener síntomas, solo que la mayoría los tiene tan leves que casi no se detectan, siendo solo el 9% de los casos diagnosticados.

Otro dato interesante de esta investigación, es que demostró que los niños y los adultos tienen una probabilidad similar de  ser infectados. 

A diferencia de los resultados de Alemania, que indicaban que los niños pequeños tenían una menor posibilidad de contagiarse. Sin embargo, luego se averiguó que los niños simplemente no se hacían las pruebas.