El síndrome de la abuela esclava: cuando la carga es excesiva

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Hace unos meses causó debate en distintas partes del mundo la noticia de una abuela que cobraba a su hija por cuidar a sus nietos. Había algunos quienes la apoyaban, y otros quienes la aplaudían.

Esto dio lugar a que muchas personas opinaran sobre una realidad que se mantiene por generaciones: el cuidado de los nietos por parte de los abuelos.

Y aunque es común que durante unas horas limitadas los abuelos cuiden a sus nietos para liberar algo de la carga a sus hijos, también es cierto que a veces se sobrepasan los límites y se produce el llamado síndrome del abuelo esclavo.

¿Qué es el síndrome de la abuela esclava?

El síndrome de la abuela o abuelo esclavo se da cuando los adultos mayores están sometidos a una excesiva sobrecarga física y emocional, lo que genera efectos negativos en lo mental y físico, indica el médico geriatra Pedro Salomé Gamarra, Presidente de la Sociedad de Gerontología y Geriatría del Perú, a Geriatricarea.

Abuelo y su nieto
Abuelo y su nieto

Según explica el doctor, este síndrome puede causar un desequilibrio somático y psíquico, que a su vez puede desencadenar hipertensión arterial, diabetes, sensación de cansancio crónico, ansiedad y depresión.

Por su parte, el psicólogo Ángel Rull en El Periodico, explica que este cuadro aparece cuando hay una responsabilidad excesiva en el cuidado de los nietos, que sobrepasa el simple apoyo o ayuda ocasional compatible con su modo de vida. Esta situación puede aparecer sobrecarga, estrés y ansiedad.

Cuando sobrepasa el límite

El psicólogo hace una diferencia clave entre el cuidado ocasional y el que genera efectos dañinos en los abuelos. Según él, cuidar a los nietos puede ser algo positivo para ellos, que incluso aumente su autoestima.

Sin embargo, esto pasa siempre y cuando la abuela desea cuidarlos y se respetan sus límites. Es decir, es ella la que pone condiciones de tiempos y actividades acordes a sus otros intereses y a su energía.

“El bienestar físico y emocional tiene que ser restaurado, partiendo de que hay que poner límites y reclamar el espacio que necesitamos. Deben hablar con los hijos desde la asertividad, expresar los derechos y buscar una solución beneficiosa para todos”, señala el psicólogo.

Salomé Gamarra aclara que si bien son muchas las abuelas que cuidan a sus nietos, no todas tienen este síndrome, ya que debe haber cierta predisposición relacionada con la capacidad de defender los propios espacios de autonomía.