Nada de placentero: la enfermedad de los orgasmos involuntarios

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Los orgasmos son casi siempre una sensación muy agradable tanto para hombres como para mujeres. Y aunque usualmente lo negativo en torno a esto se asocia con problemas para alcanzar el orgasmo, también está el otro extremo.

Se trata de los llamados “orgasmos involuntarios”, que son orgasmos que se pueden producir en cualquier momento, no en un contexto en que la persona desee tener relaciones sexuales. 

Estos episodios suelen ser muy incómodos para quien lo padece, ya que pueden presentarse en cualquier situación, lejos de un ambiente íntimo: en el funeral de un familiar, en la sala de clases, en una reunión de trabajo, etc.

Esto sucede porque el cuerpo responde a un estímulo físico (lubricación en las mujeres, erección en los hombres) sin que la persona sienta deseo realmente ni quiera tener relaciones sexuales. Sino que el cuerpo responde automáticamente.

“En condiciones normales, la excitación física y mental están íntimamente relacionadas, pero en ocasiones alguien puede sentirse mentalmente excitado o excitada y sus genitales no reaccionar en absoluto y en otras producirse una respuesta genital, sin que haya una sensación subjetiva de estar excitado”, explica el bioquímico y divulgador científico Pere Estupinyà en su libro S=EX².

Trastorno de Excitación Genital Persistente (PGAD)

Cuando estos casos son recurrentes, hablamos del Trastorno de Excitación Genital Persistente (PGAD), que es la "excitación genital espontánea intrusiva y no deseada en ausencia de interés sexual y deseo", según su definición en la II Consulta Internacional sobre Medicina Sexual, en París, donde está catalogada como disfunción sexual.

Aunque esta enfermedad la padecen en su mayoría mujeres, también hay casos de hombres. Según explica a la BBC Francisca Molero, autora de “El Síndrome de la Excitación Sexual Persistente (PSAS)”, esto también se debe a algo social.

Mujer incómoda con la mano en la cara
Mujer incómoda con la mano en la cara

(Los orgasmos en los hombres) "han existido siempre y no se han vivido como algo negativo, sino como signo del poderío masculino", mientras que en el caso de las mujeres la excitación sexual es algo que hay que ocultar, dice.

El PGAD trae consecuencias negativas tanto físicas como en la calidad de vida de la persona. Puede provocar dolor físico continuo, estrés y problemas psicológicos al verse la persona impedida de realizar tareas simples. 

Además, afecta emocionalmente a quienes la padecen al verse en situaciones de incomodidad social.

“La excitación puede durar horas, días o meses y los orgasmos se producen uno tras otro, pero solo calman los síntomas por un momento para regresar más tarde, por lo que tener una vida normal resulta sumamente problemático”,  explica por su parte sexóloga Zoraida Granados en El País.

Esta es una enfermedad sobre la que es muy difícil de hablar para quienes la sufren, ya que muchas veces sienten vergüenza o incluso lo toman con culpabilidad. 

Según Psicoactiva, no hay una causa única identificable, sino que pueden ser varias. Por eso su tratamiento puede ser terapia, fisioterapia o el uso de fármacos  inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina como el ácido valproico.

Si crees que padeces de esta enfermedad, considera tomar hora con un médico general y un psicólogo para que vean tu problema de forma integral.