7 heridas emocionales que no sanan y con las que hay que aprender a lidiar

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En nuestra actual sociedad, en la que prima un bombardeo de pseudopsicología positiva con libros y frases de autoayuda, no se tiende a aceptar a las personas que llevan heridas para toda la vida. 

Así lo indica el psicoterapeuta Sean Grover en Psychology Today, quien afirma que “las heridas que no sanan rara vez se discuten abiertamente y con frecuencia se niegan. En nuestro mundo enfocado en soluciones, son empujadas hacia la sombras o enfrentadas con lugares comunes vacíos”.

Asimismo, señala que frases como “mira el lado positivo”, o “todo pasa por una razón”, aunque se hagan con buena intención, “solamente sirven para profundizar tu desesperación al trivializar y no darle reconocimiento tu pérdida”.

Mujer fingiendo sonrisa
Mujer fingiendo sonrisa

El psicólogo da 7 heridas comunes que no sanan y suelen estar presentes en toda vida de los pacientes y da consejos para lidiar con ellas. 

Cabe señalar que todas las heridas y sus formas de sobrellevarlas son distintas en cada persona, por lo que esta es solo una referencia de sus pacientes. Es decir, pueden haber personas que superaron estos hechos o que lidien toda su vida con situaciones aquí no nombradas.

Heridas que suelen no sanar

1. Muerte de un ser querido: Cuando un ser querido fallece, sientes el impulso diario de querer verle y hablarle. El que no esté suele dejar un vacío que no se llena jamás.

2. Algunas enfermedades mentales: Muchas enfermedades mentales son tratadas con éxito con medicamentos y una terapia. Sin embargo, hay algunas que no tienen cura con una terapia, y cuyos medicamentos son muy fuertes o no solucionan adecuadamente el problema.

3. Adicción: Según explica el psicólogo, la lucha interna que viven los adictos es tan intensa, que suelen recaer cada vez más. Además, luego de la rehabilitación, muchos adictos deben luchar día a día por no volver a recaer (requiere una fuerza de voluntad increíble).

4. Enfermedad crónica: saber que se tiene una enfermedad crónica te afecta enormemente. “Intentas seguir con tu vida mientras luchas con el miedo de que tu condición podría empeorar”, señala Grover.

5. Traición: Una traición de un ser querido hace que luego tengas problemas para confiar en el resto. Puede traer aislamiento y hacerte dudar hasta de ti mismo.

6. Lesiones físicas permanentes: Cuando alguien sufre una lesión grave en su cuerpo, como una amputación, ceguera o problema psicomotriz, todo requiere más esfuerzo. Además, el resto te ve con lástima. Es algo que inevitablemente afecta internamente y con lo que el paciente debe lidiar para siempre. 

7. Trauma: Un trauma deja una marca permanente en ti. Puede hacerte más inseguro. Cuando se activa, puede volver el sentimiento de terror que sentiste esa vez, el que puede estar silenciosamente en ti y volver inesperadamente.

Tres formas de lidiar con ellas

El experto indica que aunque siempre serán parte de ti, no tienen porqué definirte. Además, da tres formas de sobrellevar estas heridas.

1. Proponerte una misión en base a lo sufrido: Vivir algo terrible, también nos ayuda a empatizar con otra gente que lo ha hecho. Puede ser una excelente oportunidad para comenzar a ayudar a quienes han sufrido o estén sufriendo lo mismo que tú. Esto ayudará a los otros, pero también a ti misma.

Algunas formas son crear grupos de apoyo, foros, blogs en internet, asistir como voluntario a una organización, crear un grupo de acción que ayude a esa gente, difundir acciones que se podrían hacer para mejorar su situación, etc.

2. Comparte tu dolor:  Un grupo de apoyo o una terapia grupal, o simplemente hablar con quienes han sufrido lo mismo puede ayudarte a aliviar tu dolor.  No reniegues jamás del dolor que sientes, sin importar el tiempo ni comentarios. 

Grupo de apoyo hablando entre si
Grupo de apoyo hablando entre si

3. Avanza en la vida: Es importante reconocer y aceptar el dolor, no obstante, no necesariamente debe dominar tu vida. Hay que reconocerlo y avanzar cuando creas que llegó el momento de hacerlo. Y esto a pesar del dolor que sientes. 

Aunque puede que el dolor nunca se vaya, puedes bajarle el volumen honrándolo, aceptándolo y avanzando con tu vida”, señala el psicoterapeuta.

Una buena alternativa es proponerte metas a largo plazo con un fin significativo e importante para ti, e ir desglosándolas en objetivos cada vez más concretos y fáciles de hacer. Esto te dará una vía de acción.