¿Quieres mejorar tu piel? El sexo es la solución

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Las relaciones sexuales pueden mejorar tu piel, retrasar las arrugas, curar el acné y más afecciones dermatológicas.

Si alguna vez notaste que cuando mejor estabas con tu pareja o en tu vida sexual en general, al mismo tiempo recibías numerosos halagos, referentes al brillo de tu pelo, que luces más feliz, tu piel está más tersa y tu misma te sientes con más energía y más hermosa.

Nada de lo anterior es casualidad, cuando tenemos relaciones sexuales la frecuencia cardiaca aumenta, podemos quemar 300 calorías por hora estimulando la microcirculación de la piel y oxigenando lo tejidos. Al momento de alcanzar el orgasmo liberamos niveles elevados de neuroquímicos.

Sexualidad
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Liberación de dopamina y serotonina

Para los científicos la explicación es lógica, tener relaciones sexuales aumenta los niveles de dopamina y serotonina. La dopamina es conocida como la ‘hormona de la felicidad’, también asociada al placer y a la relajación, si bien no afecta directamente en la piel, si a nuestro estado de ánimo, lo que mejora nuestra barrera cutánea y nos deja la piel mas equilibrada, iluminada y tersa.

Cuando nos encontramos bajo altos niveles de estrés producimos cortisol, el cortisol es directamente perjudicial en la piel pues produce deshidratación, estresa la piel y además frena la producción de colágeno y elastina.

Cuando teneos relaciones sexuales liberamos serotonina, modificando la química de nuestro cerebro y al mismo tiempo ahuyentando el estrés, la ansiedad, la angustia y la agresividad. Todas estas afecciones producen radicales libres y aumentan los niveles de cortisol, ambos dañinos para la piel.   

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Aumento en los niveles de testosterona

La falta de actividad sexual también afecta directamente en los niveles de testosterona, que puede generar un entorno proinflamatorio en el organismo fomentando la aparición o empeoramiento de enfermedades como la psoriasis, la dermatitis seborreica, el acné, la rosácea e incluso alopecia.

Según explica la neurocientífica Raquel Marín a Cosmopolitan “La piel es nuestro espejo del alma, ya que recubre todo nuestro cuerpo, es nuestra carcasa. Y su parte emocional es tan importante que se calcula que hasta un tercio de los pacientes con problemas dermatológicos (urticaria, irritaciones, dermatitis, sarpullidos, etc.) tienen una base fundamentalmente psicológica o emocional. En muchas dolencias dermatológicas se puede hablar de que el 80% tiene un origen psicosomático. Una caricia o sentir el olor agradable de la otra persona genera una sensación de confort que se comunica a través de la piel al sistema límbico del cerebro, lo que incrementa la sensación de bienestar y placer”.