Las 4 claves esenciales para fortalecer y cultivar nuestra resiliencia

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La resiliencia se define como la capacidad que tenemos de enfrentar situaciones difíciles o traumáticas.

Durante la pandemia por Covid19 la palabra resiliencia se instaló en como el principal motor para enfrentar esta situación tan atípica. Todos conocimos diferentes relatos de personas cercanas o a través de redes sociales que enfrentaron de formas muy diferente lo que vivimos como humanidad.

Si bien la mayoría de las personas las personas se vieron profundamente afectadas por los grandes cambios, el miedo y la incertidumbre que instauró la pandemia. Muchas personas se vieron enfrentadas a la depresión y ansiedad que provocó un cambio tan grande.

Marisa Salanova, doctora en Psicología y catedrática de Psicología Social en la Universitat Jaume I. Profundizó sobre este aspecto en su libro “Resiliencia. ¿Cómo me levanto después de caer?” y en entrevista con Infosalus profundizó sobre las claves para fortalecer nuestra capacidad de resiliencia.

Salanova explica que generalmente las adversidades a las que nos enfrentamos en la vida aumentan nuestra capacidad de resiliencia, pero no solo la necesidad puede fortalecernos, sino que podemos educarnos para lograr enfrentar situaciones difíciles con mayor fortaleza.

Todos pueden entrenar su capacidad de resiliencia 

“Sí que es cierto que los niños que están expuestos a más adversidades desarrollan más resiliencia, y al final es tener más fortaleza psicológica para afrontar situaciones adversas. Pero también ocurre lo contrario, puesto que un exceso de protección de padres para que no esté expuestos a ningún peligro o disgusto hace que no forjen esa capacidad de resiliencia y se genere esa fragilidad psicológica de la que ahora se habla”, detalla.

Explica que las situaciones difíciles o traumas nos ayudan a desarrollar resiliencia reactiva, pero no es necesario pasar por una situación así para generar resiliencia proactiva.

La resiliencia proactiva nace de las herramientas que generamos voluntariamente para enfrentar situaciones difíciles, es un conjunto de herramientas psico-positivas con las que podemos enfrentar adversidades mejor preparados.

“No hace falta esperar a las adversidades para aprender, sino que podemos fortalecerla desde ya, en nuestro día a día. No hay una fórmula mágica. Para algunas personas puede funcionar mejor una cosa que otra. Pero también es cierto que todos podemos entrenar nuestra resiliencia en lo que yo llamo las ‘4D’ del bienestar para el desarrollo de más resiliencia: Dieta, descanso, deporte, y disfrute”, explica.

Parte de este entrenamiento es fortalecer situaciones positivas en nuestra vida, hacer una introspección entendiendo nuestras fortalezas y poniéndolas en práctica. Además motivar situaciones que nos traen sentimientos positivos.

“Todos estos son los recursos que fortalecen la capacidad de resiliencia y sabiéndolo podemos ponerlo en marcha. Lo que no funciona es que hay pastillas que te tomas y te hagan resilientes. Hay que pasar adversidades, es la forma clásica de generar resiliencia, y mientras no las tengas exponerte a amenazas, a situaciones que puedan resultar así como, por ejemplo, meterte en una bañera con frío. Nuestro cerebro está preparado para ello y esto hace que nos fortalezcamos. Es como ir al gimnasio todos los días a fortalecer nuestros músculos”, advierte.

Para ser una persona resiliente necesitamos un cuerpo resiliente que descanse, mantenga una alimentación adecuada y una nutrición correcta, aparte de practicar ejercicio físico. Todo suma. Es una cuestión integral, buscando emociones positivas no solo serás resiliente, tienes que ver qué estrategias funcionan mejor para ti, ponlas en práctica, haz cosas, rodéate de gente positiva, y que te hace sentir bien”, remarca.